Como ya explicamos en la primera parte, la negación inicial y a corto plazo puede ser positiva porque te permite ir adaptándote a una nueva situación, bien sea dolorosa o estresante. Pero cuando se hace permanente no es saludable y es mejor dejarla atrás.
Es importante que conozcas cuáles son las causas de la negación, porque así podrás evitar caer en posibles riesgos.

Siendo la negación un estado en el que te niegas a aceptar algo que no está bien, hay que tener en cuenta que las causas pueden ser:
• Estrés
• Ansiedad
• Miedos que desbordan a la persona (perder algo o a alguien)
• Conflictos emocionales
• Información amenazante
• Pensamientos dolorosos
• Sentimiento de vulnerabilidad
• Situaciones que amenazan tu situación de control
• Adicciones
• Trastornos en la alimentación
• Problemas financieros
• Conflictos en las relaciones
Además, la negación puede surgir a partir de que te suceda algunas de las causas que hemos enumerados, o cuando le sucede a alguien muy cercano a ti.
Afrontando la negación
Algunas estrategias que te ayudarán a superar la negación, algunas de ellas son:
• Tratar de identificar las creencias irracionales acerca de tu situación.
• Escribir lo que te está pasando.
• Analizar con sinceridad tus temores.
• Pensar acerca de las posibles consecuencias negativas de no hacer nada.
• Expresar tus miedos y emociones.
Ahora que ya conoces qué es la negación, ten presente esta información y compártela para evitar su prolongación o tal vez puedes ayudar a un amigo o familiar que pueda estar en riesgo, a causa de este tipo de problema.
Un saludo. Cristina Ureta.
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